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Sacrificio y nacionalismo.

El yo narrador es la estrella del cuento de Jorge Luis Borges "Un problema". El cuento versa sobre don Quijote de la Mancha, el héroe epónimo de la famosa novela de Miguel de Cervantes Don Quijote crea para sí un mundo imaginario en el que él es un campeón legendario que está dispuesto a luchar contra gigantes y salvar a doña Dulcinea del Toboso. En realidad, don Quijote es Alonso Quijano, un anciano caballero rural, la noble Dulcinea es una ordinaria muchacha pueblerina de una aldea cercana y los gigantes son molinos de viento. ¿Qué ocurriría, se pregunta Borges, si a la parte de su creencia en tales fantasías don Quijote atacara y matara a una persona real? Borges se plantea una pregunta fundamental acerca de la condición humana: ¿qué ocurre cuando los relatos que teje nuestro yo narrador nos causan gran daño o lo causan a los que nos rodean? Hay tres posibilidades principales, sostiene Borges.

Una opción es que no ocurra nada. Don Quijote no se preocupará en absoluto por haber matado a un hombre real. Sus delirios son tan abrumadores que es incapaz de ver la diferencia entre este incidente y su duelo imaginario con los gigantes que son los molinos de viento. Otra opción es que después de adoptar una vida real, don Quijote se sienta tan horrorizado que acabe saliendo de sus delirios. Esto sería equiparable al joven recluta que va a la guerra creyendo que es bueno morir por su país, pero que acaba completamente desilusionado por las realidades de la guerra.





Y hay una tercera opción, mucho más compleja y profunda. Mientras luchaba contra gigantes imaginarios, don Quijote simplemente actuaba, pero una vez que haya matado a alguien, se aferrará con todas sus fuerzas a sus fantasías, porque serán lo único que dará sentido a su terrible crimen. Paradójicamente, cuantos más sacrificios hacemos para construir un relato imaginario, tanto más fuerte se vuelve el relato, porque deseamos con desesperación dar sentido a esos sacrificios y al sufrimiento que hemos causado.

Del libro Homo Deus de Yuval Noah Harari

La Liga feminista de fútbol.

Desde hace uno o dos años desde los medios se nos vende la idea de que el avance del fútbol, ¿en que género  piensa?, de mujeres supone un avance en alcanzar una igualdad entre los dos sexos. ¿sólo  hay dos?

Informacion en prensa de la Liga semanalmente patrocinados, partidos en televisión en canales privados, retransmisión en radio, por ahora del equipo  nacional, fichajes, etc. Hasta Florentino Pérez, presidente del Real Madrid, se ha subido al carro del "feminismo" y ha comprado un equipo.

¿Qué nos indica todos estos mensajes? Que el capital ha visto otro filón de negocio. Sanidad, educación, vivienda, sexo, drogas legales o ilegales, etc. Ahora toca el "feminismo".

Si realmente están comprometidos los poderes económicos con la igualdad que empiecen a cambiar sus discursos. Por ejemplo, cuando juegan hombres, que digan la Liga de fútbol masculina,  el campeonato mundial de fútbol  masculino, etc. Y cuando jueguen mujeres, que digan Liga femenina. Bueno esto ya lo machacan continuamente, perpetuando así la desigualdad y convirtiendo algo cotidiano en una excepcionalidad.

También se puede sustituir el segundo adjetivo: masculino o femenino por el de personas. 

Nuevo titular: la Liga de fútbol de las personas va a finalizar para siempre.